sábado, 14 de abril de 2012

Quantic Love

 


Hoy os traigo la reseña de Quantic Love. La verdad es que no entraba en mis planes leerlo ahora, pero primero la Editorial me mandó la publicidad, la publiqué y al día siguiente la encontré en la papelería, algo que me extrañó porque no suelen traer muchos libros y era una casualidad. En hora y media estaba terminado.
Su autora es Sonia Fernández–Vidal y esta es su segunda novela. La temática de los libros tiene mucho que ver con su profesión y estudios, dado que ella es licenciada en Física y ha trabajado en importantes centros de investigación como el CERN. Lugar donde va a trabajar Laila, nuestra protagonista.

Aunque suene redundante con la entrada de hace unos días, pondré la sinopsis por si alguien llega nuevo por aquí.

En el CERN, el centro de investigación más avanzado del mundo, entre experimentos de viajes en el tiempo y de teletransportación, entre partículas que superan la velocidad de la luz y otras que revelan el origen del Universo, la joven Laila se enfrenta al mayor misterio que existe: cómo decidir entre dos amores. Por un lado, Alessio, un atractivo periodista; y, por otro, Brian, un cerebral científico que oculta un gran secreto.

Vamos con mi opinión.

Si bien es cierto que me duró menos que un asalto, no me ha apasionado, aunque tampoco disgustado. Es un poco efímera la historia, sin grandes profundizaciones en los aspectos de personales y psíquicos de los mismos; más bien se queda en un intento de ahondar dentro de ellos. No quiero decir que no sepamos nada de su personalidad, ni aspiraciones, pero realmente podría haber profundizado mucho más, creando así una complicidad entre personaje lector, porque no llegas a encariñarte del todo con ellos. Queda demasiado claro que Laila, tiene muy poca autoestima, quiero decir que es lo único que dice, que se siente una inútil al lado de tanto genio, en vez de por ejemplo hacer más referencias a las notas que coge en su Moleskine, porque sabemos que la lleva a todas partes, pero no todo lo que apunta en ella. Toda la gente que la conoce sabe que es su amiga inseparable, pero tampoco explica por qué conocen sus anotaciones, acaso las han leído, le han cotilleado la libreta, porque aunque tome notas en conversaciones con los jóvenes genios, bien podría estar dibujando. En ningún momento lo explica, excepto cuando alguno de sus amigos le dice: anota en esa libreta que llevas.
Al principio me esperé una historia tipo “El genio del amor”, de Fred Schepisi  y protagonizada por  Meg Ryan, en la que también se combina la ciencia y el amor. Fueron imaginaciones mías al aparecer un personaje mayor que le tiende la mano a nuestra protagonista, y que no deja de ser un relleno porque luego ni pincha ni corta nada, y creo que podía haberse extendido más con ese personaje dado que como le dicen es un Premio Nobel, y le podía hacer ver las posibilidades intelectuales que tiene Laila.
La historia no deja de ser un triángulo amoroso, que si bien no está mal yo hubiera tirado más por el lado de la ciencia. Es cierto que es una novela juvenil, no un crossover, me parece estupendo que Sonia intente acercar estos conocimiento a gente joven, para que comprendan que la Física, la Química no son tan complicadas de entender, ni tan aburridas, que se pueden hacer cosas interesantísimas con ellas, y que la gente que dedica su vida a la investigación no son tan bichos raros como nos imaginamos y que están abiertos al amor.
Es verdad que no puede meter demasiada información científica, que ha hablado de la reciente noticia de los neutrinos, y que muchos jóvenes no tendrían conocimiento de ellos de no haberles hablado en el colegio o instituto. Pero me encantaría leer una novela más profunda de Sonia, dado que con su conocimiento y su forma sencilla de escribir engancharía seguro.
No es que no me haya gustado, pero después de las críticas recibidas a su anterior obra me esperaba más. Pero quitando que los personajes no son muy fuertes, la historia está entretenida, es una novela fresca y rápida, me aventuro a decir que incluso es la intención de la autora para no llegar a cansar a un lector joven.
Hay que destacar que  el libro tiene aspecto de Moleskine; no sé si todo el mundo sabrá lo que es: El nombre lo toma de la marca, pero esto es como los kleenes, es una libreta muy útil para tomar anotaciones por diversos motivos, dado que la calidad de sus hojas, el grosor y su forma de apertura es ideal por ejemplo para escritores o dibujantes. En la página izquierda de muchos de los comienzos de capítulo hay anotaciones, tanto de fórmulas como de números de teléfono y direcciones de email. Y me pregunto yo, ¿habrá alguien que haya intentado llamar o mandar un correo a esas direcciones a ver qué ocurre? ¿Imagináis por un momento que como política de marketing la editorial hubiera organizado algo para quien contestara o llamara?, estaría curioso.
Lo que más me gusta de la editorial es sus trabajadas ediciones, siempre al compás de la historia en sí, estos pequeños detalles son lo que hacen que los libros sean especiales.
Yo en breve intentaré hacerme con su otro libro, porque insisto su forma ágil de escribir me gusta, y sé perfectamente al público al que va dirigido.




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